
El otro dia fui a la parada. Era tanta gente, que logre mezclarme sin mucho esfuerzo. Todos pasaban muy rapido y solo algunos me miraban, de pasadita no ma', como una chica mas que viene acompañando a su madre . Los vendedores incitaban a la compra, los restaurantes incitaban al comensal, aunque yo no estaba tan segura de que su cabeza de cabrito estaba en las mejores condiciones. Pase sin preocupaciones hacia el corredor central, donde, mismo tronco de arbol maduro, extiende sus ramas. Los pasajes crecian con mi caminar. Interminable parecia.
Los puestos atraian mi atencion. Compra realizada, plata gastada y mision finalizada. Sali feliz de haberme adentrado en ese mundo, rodeado de demasiadas personas diferentes e historias encontradas. Mundo de pollos, de pollitos, de verduras y mani confitado. Todo ese fue mi mundo por unas dos horas.
Despues, el carro me devolvio a mi apacible casa, sin dejar de pesar en el proximo regreso a la Parada 3000.
No hay comentarios:
Publicar un comentario